dondeestalamujerdelacafeteria
José Antonio Luengo
Os echaré de
menos. No tengo dudas. No lo dudéis. Tampoco hace falta decirlo mucho. Porque
se nota. Se nota el afecto, el cariño, la complicidad creada. Os echaré de
menos cada miércoles, vuestras miradas intensas, cargadas de interés, de ganas
por aprender, por ser mejores personas, por buscar en vuestro interior aquello
que os permita ser, en breve, maestras y maestros vivos, generosos, implicados,
sensibles. Y también formados. Formados desde y para la ternura. Porque no hay
educación sin ternura.
Procuraré estar
cerca, en cualquier caso. Sigo siendo vuestro tutor durante lo que resta de
curso y sabéis que bastará una llamada, un mensaje, para eso, estar cerca. Y
ayudar, colaborar, mediar. En lo que haga falta.
Cada año es
diferentes, los grupos son diferentes, diferentes los rostros, las individualidades,
pero también los grupos, su configuración, cohesión, singularidades. Vosotros,
vosotras me habéis enseñado mucho. Mucho más de lo que yo mismo haya sido capaz
de trasmitir. No son palabras huecas.
Hablo desde
el corazón pero no solo. Vosotras, vosotros me habéis hecho mejor, cada día. La
necesidad de pensar en lo que solicitáis, en ocasiones hablando, solo mirando
en otras. O sonriendo. O, sencillamente, escuchando. Me habéis hecho mejor con
vuestra actitud, los intereses mostrados, el trabajo hecho cada día. Con
vuestro esfuerzo cada tarde. Terminando las clases a las horas a las que las
termináis. Y siempre, aun con cansancio, con la ilusión en los ojos.
Os echaré de
menos. Pero este sentimiento es el mejor motor para seguir. Seguir queriendo
estar, ofrecer. Lo que uno puede y conoce. Y ha aprendido. Y estaréis en mi
corazón. Siempre.
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