Por Catalina López Zuluoaga
No es un
secreto para nadie, que la tecnología y el internet se han convertido en un
factor ineludible de nuestras vidas, si nos detenemos a observar a las personas
a nuestro alrededor, notaremos que la mayoría tiene la mirada fija en la
pantalla de un Smartphone. Pero si detallamos mejor a esas personas,
entenderemos que se trata de jóvenes y sobre todo adolescentes.
Si nos
dedicamos a pensar en ello por unos minutos, llegaremos a una sencilla
conclusión, que explica la afición de los jóvenes por éste aparato: Ellos no
han vivido un mundo donde los celulares no existen, lo normal para ellos es
hacer uso de ésta herramienta como si de una extensión del cuerpo se tratara,
para los adultos en cambio es un gadget más que ha salido al mercado.
Smartphone en la juventud
Los jóvenes no
consideran que su smartphone sea una herramienta, para ellos es su vida, su
memoria, sus contactos, su cerebro, su entretenimiento. Allí guardan sus
fotografías, tienen videos de sus amigos, tutoriales, clases, cuentan con todo
tipo de aplicaciones, que van desde una simple calculadora hasta diarios,
tiendas, reproductores de música, etc. Por si fuera poco también tienen acceso
a un millar de redes sociales y páginas web. Sin mencionar la
cantidad de videojuegos, películas, libros y series que pueden conseguir al
deslizar sus dedos.
Así que no es
difícil saber por qué no pueden despegarse un minuto de ellos sin sentirse
desmembrados. Ahora, la cuestión es que hay un límite, bastante borroso, entre
el uso normal y el uso abusivo de un smartphone. ¿Cómo detectarlo? He ahí el
dilema.
Una de las
razones principales por la que un joven se vuelve adicto al teléfono, tiene que
ver con la presión de ser social. La nueva forma de ser
“popular” en la escuela o la universidad, está directamente relacionado con el
número de seguidores o “likes” que consiguen en sus publicaciones en las redes sociales,
de allí que se obsesionen con las notificaciones que reciben, ya que sienten
que deben mantenerse actualizados a toda hora o podrían perder su estatus.
Algo similar al
estatus para un adolescente, sobre todo los varones, es su nivel de competitividad
en un videojuego, todos sabemos que para ser bueno en un juego, solo tienes que
dedicarle mucho tiempo, y de allí que no quieran separarse de sus celulares,
pues necesitan subir de nivel su personaje, encontrar ítems, fortificar
herramientas o armas, etc.
Peligros escondidos detrás de la adicción al smartphone
Por muy
inocente que parezca el uso de este dispositivo en los adolescentes, las
consecuencias del uso abusivo pueden traer múltiples consecuencias negativas en
el corto, mediano y largo plazo.
Entre los
primeros efectos nocivos tenemos la deficiencia en su salud, empezando con
afecciones de la vista, problemas en las articulaciones de la mano y el cuello
y trastornos de sueño que derivan en un deficiente desarrollo cognitivo.
Por otra parte
las consecuencias de una adicción al celular pueden formar parte de la misma
causa, por ejemplo el caso del grooming, donde un menor de edad es acosado
sexualmente por un adulto a través del engaño, un engaño elaborado que tarda
cierto tiempo en construirse, donde el criminal consume la atención total del
joven por medio del smartphone, convirtiéndolo en un adicto a la mensajería que
recibe de ésta persona. Hasta que finalmente la estrategia de acoso se
convierte en una tragedia para el joven y toda su familia.
¿Qué hacer si se percibe un caso de adicción al smartphone?
Si tus hijos
pasan un tiempo indiscriminado revisando sus celulares, se les nota preocupados
o ansiosos cuando no lo tienen cerca, sería bueno consultar con un profesional
para determinar si realmente está sufriendo de adicción,
por otro lado es indispensable monitorear su actividad en ellos a través de
softwares especializados, de modo que evites algún peligro inminente.
De cualquier
modo es recomendable fomentar actividades que no requieran de la tecnología,
tales como los deportes, paseos familiares en entornos diferentes y naturales,
la lectura de libros físicos, etc. Así los jóvenes pueden encontrar otras vías
de entretenimiento, así mismo es muy positivo acompañar esto con conversaciones
padre-hijo para recordarle que sus dispositivos son meras herramientas y no
deben invertir todo su tiempo y emociones en ellos, porque la tecnología puede
ser una barrera emocional falsa que puede perjudicar su futuro si no se le
utiliza correctamente.
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Algunas referencias de interés
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Adicción al móvil en alumnos de secundaria: efectos en la convivencia
Adicción o uso del teléfono móvil: revisión de literatura
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