¿Existe
el amor? Ocho razones para pensar en él seriamente
José
Antonio Luengo
(Poema anónimo)
El que no ama siempre, tiene razón. Es lo único que
tiene (Antonio Gala)
Puede uno amar sin ser
feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso
(Honoré de Balzac)
Si no recuerdas la más
ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado (William Shakespeare)

Pero, eso sí, si podemos echar la culpa de algo
a alguien. Eso , a las mujeres, a las mujeres encarnadas en Pandora, con su
caja-ánfora apoyada en sus generosas crestas ilíacas, mirándonos descarada, o
no, a veces, tímida, con cara de no haber nunca roto un plato, indecisa
incluso. Pero no nos dejemos engañar. Su mente rezuma premeditación y alevosía.
La mujer, responsable de todos nuestros males en cuestión de amoríos. Lo peor
es que los hombres nos creemos esta imbecilidad. O, cuando menos, utilizamos este tipo de
argumentos estúpidos para dar explicación a cosas que nos ocurren en estos
asuntos. Como si solo existiéramos nosotros. Como si las mujeres fueran
comparsas necesarias pero infames, indignas… tal vez pueda estar exagerando un
poco. Pero no mucho, en realidad. Si rascamos, y no nos quedamos solo con lo
que se expresa, bañado esto por una necesidad grande de no liarla.
¿Y qué piensan las mujeres de esto? Nos miran atónitas, y vuelven la cara. Suspiran, seguramente, como diciéndose, como diciéndonos, Madre mía. Yo creo que ellas son las que más saben y mejor ejecutan lo que supone amar, en el sentido amplio del término y en el más concreto del enamoramiento. Pero esto es una opinión. Escuchaba el pasado sábado a El Brujo, en su representación Las mujeres de Shakespeare, citar un diálogo fantástico de la obra Como gustéis (As you like it). Buena parte de la acción se desarrolla en el bosque de Arden, extensa masa vegetal en el condado natal de Shakespeare, Warwickshire, Las primas Celia y Rosalinda, protagonistas junto con otros personajes de la obra, se quieren mucho y la trama las sitúa huídas en el bosque, donde viven escondidas de las intrigas palaciegas de siempre. En una de sus conversaciones, las primas hablan sobre hacer algo para estar entretenidas y hacer algo divertido. Y Celia sugiere la posibilidad de que se enamoren, pero, claro, en broma… Rosalinda, lista como hay pocas, viene a contestarle, más o menos, si nos enamoramos en broma… dónde está lo divertido del amor? ¿Se puede ser más sabio? Difícil. Si nos enamoramos en broma, nunca, nunca nos divertiremos de verdad. Haremos otra cosa, pero… Claro, la diversión lleva aparejada, verdaderamente, las mariposas esas que dicen que revolotean por nuestras inquietas tripas y, cómo no, el estado de enajenación transitoria que nos ocupa y nubla nuestros sentidos hasta el punto de adorarlo todo, incluso cosas que unos meses o tiempo después, nos producirá picor. El amor no es divertido si es una broma. Y, claro, también, no siempre es divertido. El mal de amores sabe mucho de eso[2].
A lo largo de nuestra historia, el papel de
las mujeres en torno a las experiencias amorosas ha sido representado con
maldad y profundo desconocimiento en el imaginario colectivo, y, muchas veces,
por quienes han dibujado personajes, más o menos conocidos, utilizados como
ejemplos de estar o hacer las cosas en la vida. Ominosas visiones. Cargadas de
tics y estereotipos sexistas. Ellas saben mucho. Y saben bien. Y saben más de
lo que, realmente, supone amar. Creo, humildemente.
Pero, escarbemos un poco. Busquemos en la
sabiduría popular. Y en los poetas. Cómo. Cuándo. Qué. Por qué. Para qué. Amar.
¿De eso se trata, no? Al abrigo de ideas, poesías, canciones. Nos inundan,
crean criterio, opinión, nos conmueven, alertan, orientan, entristecen,
divierten, alegran…
1. Es mejor haber amado y perdido que no
haber amado nunca[3].
Es difícil estar en desacuerdo.
Absolutamente. No amar es, probablemente, lo peor. No haber amado supone la
ruina, el desperdicio. No amar de verdad, es la negación, la nada. Pasar por la
vida, sin más, adormecidos, casi alelados. Hay quien cree que ha amado y no.
Hay quien cree haber amado por el mero hecho de haber tenido o tener pareja.
Pero estamos hablando de otra cosa. De la experiencia de deshacerse, desear,
dar, darse… Casi morirse. No amar, de verdad, es, sí, perder. Definitivamente.
2. Prohibido amar, sin amar
Apoyar esta idea… No es
sencillo. Tal vez, mejor así, como sigue.
Queda
prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda
prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda
prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda
prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda
prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda
prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
¡Queda prohibido! (Atribuido
a Pablo Neruda)
Prohibido,
pues. Hacer como que sí, como que no, jugar, estar, hacer como que, medias
tintas, tibieza, Amar es amar. No manchemos las palabras. Es decir, queda
prohibido amar, sin amar. Hay cosas
que deben prohibirse, ésta es una de ellas.
3. If you can't be with the one you love, love the one you´re with.
O lo que es
lo mismo, si no puedes estar con la persona que amas, ama a quien está contigo.
A veces puede funcionar. Pero… No sé. No me parece un buen consejo. Práctico,
puede entenderse, pero difícil de llevar a la práctica. ¿Podemos amar cuando no
surge el amor? Me parece que no. Podemos hacer otras cosas. Pero, o se ama, o…
se hacen otras cosas. El amor no es algo que uno, conscientemente, pueda
habilitar, hacer brotar, sentir sin más. Obedece cuestiones viscerales,
química, dicen, opciones; se da o no se da. Difícilmente se trabaja. Ternura,
cariño, afecto, son posibles. El amor, dicen, gana batallas, o las pierde, no
las narra.
4. Amores
que matan, nunca mueren.
La canción
de Sabina nos conmueve. Se adentra en lo más profundo del amor, y nos da una
singular visión de lo que puede suponer y no. Lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, es
que mueras por mí. Morir por alguien, por
amor. Metáfora. Metáfora? Sí, metáfora. Mejor así. No se me va a ocurrir
analizar lo que dice este maestro, ni loco. Pero sí subrayar la idea, casi una
sentencia, un itinerario. Amores que
matan nunca mueren. Es una frase que suele provocar asentimiento,
afirmación. De su sentido. Aquello que te ha rasgado, te ha molido, desde el
deseo y el corazón, nunca se olvida, nunca se retira. No se reabsorbe, ni
recicla, ni descompone. Permanece, intenso. A veces latente. Pero vivo, muy
vivo. Desconoces incluso su capacidad de presencia, permanencia, su cadencia y
ritmo, su aroma persistente. Indeleble.
La intensidad, cuando penetra, invade, anega a veces. Pero, creo, hay
que escapar. Esta experiencia anula. Empequeñece. Y es mejor seguir adelante.
Con otras cosas en la mirada. Otras opciones, que alivien y dejen respirar.
Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero cortarme la coleta que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin ti.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero cortarme la coleta que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin ti.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
5. Celos, la
gran trampa, el gran sufrimiento
No es
sencillo pensar en un mundo sin celos. Y, particularmente, en un mundo sin
celos en causas y cosas de amor. Pensar, imaginar, dudar, hasta sufrir.
Probablemente sea un de las emociones más destructivas, demoledoras y
corrosivas que podemos llegar a sentir. Pensar que… Imaginar que… En el fondo,
y en la superficie, la inseguridad, la ausencia de poder y coraje personal. Los
celos, cuando inundan, abruman, doblan el espinazo, escurecen el espíritu,
ofuscan. El desasosiego, la ansiedad por la incertidumbre de perder… lo que “más
se ama”. Pero, ¿se ama? La posesión como referencia, como parámetro desde el
que medir las distancias, los recorridos, las expectativas, el presente, el
futuro. Amar desde la posesión y el miedo.
Pero, ¿es eso verdadero amor? En el fondo, si dejan de quererte, mejor saberlo cuanto antes, ¿no? Es fácil decirlo, sí. La procesión irá siempre por dentro. Y por fuera, como la angustia, el vapuleo a la narcisista percepción de lo mío, y de nadie más. Y es que no tengo remedio, da igual si te veo tu ausencia me asusta y si estas tengo miedo que hacer con mi vida si estoy hasta el cuello quiero dormirme tranquilo...y no morirme de celos. Esta canción, de Revolver, nos mete de lleno en esa emoción, en ese sentir, duro, cansado, andar sin rumbo, anclado al miedo, a la inseguridad. En el fondo, el respeto a ti mismo comprometido. Y la dificultad inherente. Imposible vivir, difícil disfrutar. La respiración, la tuya, asociada a tener aquí, contigo, sabiendo qué ves, qué ven. La respiración, la suya, afectada por la certeza de que, casi, no puedes ser tú. Has de decir sin que tengas por qué hacerlo, mentir, casi, casi, sin necesidad. La obsesión, mayor o menor, es obsesión, al fin. Y limitación, tuya, y no solo. No solo tuya. Una patología, señalan algunos. Porque patológico es, al fin y al cabo, no creer en uno mismo y, por supuesto, no creer en los demás.
Pero, ¿es eso verdadero amor? En el fondo, si dejan de quererte, mejor saberlo cuanto antes, ¿no? Es fácil decirlo, sí. La procesión irá siempre por dentro. Y por fuera, como la angustia, el vapuleo a la narcisista percepción de lo mío, y de nadie más. Y es que no tengo remedio, da igual si te veo tu ausencia me asusta y si estas tengo miedo que hacer con mi vida si estoy hasta el cuello quiero dormirme tranquilo...y no morirme de celos. Esta canción, de Revolver, nos mete de lleno en esa emoción, en ese sentir, duro, cansado, andar sin rumbo, anclado al miedo, a la inseguridad. En el fondo, el respeto a ti mismo comprometido. Y la dificultad inherente. Imposible vivir, difícil disfrutar. La respiración, la tuya, asociada a tener aquí, contigo, sabiendo qué ves, qué ven. La respiración, la suya, afectada por la certeza de que, casi, no puedes ser tú. Has de decir sin que tengas por qué hacerlo, mentir, casi, casi, sin necesidad. La obsesión, mayor o menor, es obsesión, al fin. Y limitación, tuya, y no solo. No solo tuya. Una patología, señalan algunos. Porque patológico es, al fin y al cabo, no creer en uno mismo y, por supuesto, no creer en los demás.
Yo solo quiero
un tiempo, un tiempo pequeño
estirarlo como un chicle y convertirlo en eterno,
o mejor coger tu vida y grabarla en mil momentos
y llenarme los bolsillos de tus secretos y tus miedos
Lo cierto es que lo que quiero
es llevarme a todas partes
todo lo que no conozco y que revuela en tus sesos
rebozarme en tus recuerdos, antes de ser parte de ellos
transformarte transparente...
...y no morirme de celos
estirarlo como un chicle y convertirlo en eterno,
o mejor coger tu vida y grabarla en mil momentos
y llenarme los bolsillos de tus secretos y tus miedos
Lo cierto es que lo que quiero
es llevarme a todas partes
todo lo que no conozco y que revuela en tus sesos
rebozarme en tus recuerdos, antes de ser parte de ellos
transformarte transparente...
...y no morirme de celos
No fabricarme fantasmas cuando me brindes silencios
ni convertir en delirios todo aquello que no entiendo,
tal como pasan los años más dudas respiro, no se supone que el tiempo y la molicie es lo mismo
Y es que no tengo remedio, da igual si te veo
tu ausencia me asusta y si estas tengo miedo
que hacer con mi vida si estoy hasta el cuello
quiero dormirme tranquilo...
...y no morirme de celos
A veces enciendo las luces de noche,
para no verme envuelto en mis propias tinieblas
abro las ventanas respiro aire fresco
para que calme mi ansia...
...y no morirme de celos
(Tiempo Pequeño, de Revolver)
http://www.youtube.com/watch?v=7jLC7F6Yxag
6.
Libre
te quiero…
El
amor entendido como libertad. Como espacio para dar y recibir, sin pedir nada. Porque
se da como si en cada acción te otorgase la luna, sentarte al lado del mar, ver
amanecer. El amor enciende, sí, pero respeta. Acaricia, sí, pero no invade. Nutre,
claro, pero no esclaviza. No inunda, abre, da opciones, confía, sonríe desde
lejos, cree.
En
ocasiones el afecto se trasforma en algo más, en un sentimiento de pertenencia
que puede entenderse mutuo. O no. De vez en cuando el afecto muta y deviene en
sentimiento puro de amor. Secuencia o correlato del flechazo... Discurso del
enamoramiento, de mariposas en el estómago. Consecuencia de la química, del
sentirse especialmente a gusto, de querer más, cada vez más. De vivir casi
instalado en el otro. En el corazón y el alma del otro. Querer a alguien pero
para mí. Quererle para disfrutarle. Quererle para tenerle, para estar siempre
con él, poseerle, incluso. Es el momento del sentimiento en estado puro, de
cierta locura posesiva, inocente o no. Consciente o no. Explícita o no. La
pertenencia, la posesión... y la inseguridad.
¿Querer? ¿Es eso querer? Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña..., pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera..., pero no mía... Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía... Pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya si quiera... (dice la canción de Amancio Prada). Amar es un sentimiento profundo y bello, pero solo desde la libertad, desde el respeto, la admiración, la complicidad y la risa; desde la empatía y el llanto compartido. Pero no mía. Pero no mía. Querer sin pedir, la sonrisa, la mirada transparente, la bendición de querer siempre lo mejor para quien se quiere, incluso si dejan de quererte.[4]
¿Querer? ¿Es eso querer? Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña..., pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera..., pero no mía... Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía... Pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya si quiera... (dice la canción de Amancio Prada). Amar es un sentimiento profundo y bello, pero solo desde la libertad, desde el respeto, la admiración, la complicidad y la risa; desde la empatía y el llanto compartido. Pero no mía. Pero no mía. Querer sin pedir, la sonrisa, la mirada transparente, la bendición de querer siempre lo mejor para quien se quiere, incluso si dejan de quererte.[4]
Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mío.
Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mío.
Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mío.
Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mío.
Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mío.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mío.
Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mío.
Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mío.
Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mío.
Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mío.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
(Libre te quiero, de Agustín García Calvo, cantada por Amancio Prada)
http://www.youtube.com/watch?v=EN67WXyPSDs
http://www.youtube.com/watch?v=EN67WXyPSDs
7. El amor muda, se modifica, pero
persiste, puede persistir
Reducir el
amor al mero hecho de enamorarse representa una simplificación propia de
argumento de telenovela. El amor como proceso, como ser vivo que crece y se
desarrolla y, a veces, nunca, nunca, muere. Existe, vive. El amor que ama a
través del tiempo, por encima de los cambios, cuando el príncipe que hemos sido,
destiñe, incluso. El amor en la mirada, permanente, en la sonrisa, estable, en
la caricia y cuidados, cada instante. El amor en la memoria, en el pensamiento,
en el gesto, en la noche y en el día. Abierto, cercano. A través del tiempo, a
pesar de él. El abrazo justo, la ternura justa, sentirse al lado, a su lado,
cerca o lejos, siempre a su lado. En silencio, sin silencios. Hasta que el
tiempo diga… se acabó. Pasión y deseo, sexualidad, intensidad. En ocasiones, no
pocas, el amor hasta las vence. Su inestabilidad, su provisionalidad. El amor,
ya se ha dicho, gana batallas, o las pierde. No las cuenta o narra, ni explica,
está en ellas, alimenta sus fuegos, sus relámpagos, sus pausas, sus descansos,
sus madrugadas, sus tormentas y mañanas luminosas.
Eso de saber que cada arruga de tu cara es cosa mía
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Dime que vas a seguir por siempre a mi lado
Aunque veas a diario como se me va el azul
Ahora que ya descubriste que el caballo blanco era alquilado
Ahora que compruebas que yo destiño también
Eso de saber que cada arruga de tu cara es cosa mía
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Dime que vas a seguir recogiendo mis besos
Aunque ya no te sorprenda donde los voy a dejar caer
Ahora que ya saber de sobra lo malo y lo menos
Malo que hay en mí
Ahora que compruebas que yo destiño también
Eso de saber que cada arruga de tu cara es cosa mía
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Dime que vas a seguir por siempre a mi lado
Aunque veas a diario como se me va el azul
Ahora que ya descubriste que el caballo blanco era alquilado
Ahora que compruebas que yo destiño también
Eso de saber que cada arruga de tu cara es cosa mía
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Dime que vas a seguir recogiendo mis besos
Aunque ya no te sorprenda donde los voy a dejar caer
Ahora que ya saber de sobra lo malo y lo menos
Malo que hay en mí
Ahora que compruebas que yo destiño también
Eso de saber que cada arruga de tu cara es cosa mía
Que cada parte de tu piel es recorrida
Por mis manos eso me hace sentir bien
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
Eso de saber que cada vello de tu cuerpo es más que bello
Son los anillos que rodearán mis dedos
Hasta que el tiempo diga se acabó
8. The way you look tonight[5]
Vive. No hay
otra. Ama. Y haz que cada experiencia, sin duda, sea única, aunque muera un
día. Vive, ama, desea. Esas noches, las miradas, las manos que se tocan, los
labios que se acercan y solo, solo, se rozan. El beso en la comisura, el
perfume, suave, taladrando. Perforando todo. Inundando de eternidad el momento.
Sentiré calor solo pensando en ti. Y mi corazón latirá otra vez. Vibrará,
abrazará cada segundo. Acariciando el momento, aquel momento. Las manos, el
tacto, la mirada. El mundo, en ese instante, puede esperar. Porque, ¿qué es el
mundo en ese instante? Vosotros dos, uno casi. Casi un alma, casi un cuerpo. La
comisura de la boca. Rozada. Casi sin sentir. Ya no se olvidará. No cambies
nunca. Mi alma depende de ello. No habrá noche que no estés en mí. Aunque ya no
estés. Esa es, o puede ser, la magia del amor.
Algún día, cuando este terriblemente triste
Cuando el mundo sea frio
Sentiré calor solo con pensar en ti
Y en la manera en que te ves esta noche
Sí, eres tan adorable, con tu sonrisa tan cálida
Y tus mejillas tan suaves
Nada puedo hacer, más que amarte
Cómo te ves esta noche
Con cada palabra, tu dulzura crece
Alejando mi miedo…
Y esa sonrisa que arruga tu nariz
Toca mi tonto corazón
Adorable… nunca, nunca, cambies
Mantén ese encanto sin aliento
¿Podrás?
Porque te amo
Tal como te ves esta noche
Y esa risa que arruga tu nariz
Toca mi tonto corazón
Adorable… nunca, nunca, cambies
Mantén ese encanto sin aliento
¿Podrás?
Porque te amo
Tal como te ves esta noche
Cuando el mundo sea frio
Sentiré calor solo con pensar en ti
Y en la manera en que te ves esta noche
Sí, eres tan adorable, con tu sonrisa tan cálida
Y tus mejillas tan suaves
Nada puedo hacer, más que amarte
Cómo te ves esta noche
Con cada palabra, tu dulzura crece
Alejando mi miedo…
Y esa sonrisa que arruga tu nariz
Toca mi tonto corazón
Adorable… nunca, nunca, cambies
Mantén ese encanto sin aliento
¿Podrás?
Porque te amo
Tal como te ves esta noche
Y esa risa que arruga tu nariz
Toca mi tonto corazón
Adorable… nunca, nunca, cambies
Mantén ese encanto sin aliento
¿Podrás?
Porque te amo
Tal como te ves esta noche
[1] En
la mitología griega, Pandora fue la primera mujer, creada por orden de Zeus,
para introducir males en la vida de los seres humanos, después de que Prometeo,
yendo en contra de la voluntad del todopoderoso dios, les otorgara el don del
fuego.
[2]
http://blogluengo.blogspot.com.es/#!/2012/08/el-mal-de-amores-o-no.html
[3] Alfred Tennyson
http://amediavoz.com/tennyson.htm
[4] http://blogluengo.blogspot.com.es/2011/10/la-educacion-del-afecto-y-del-amor.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.